Marcel no tuvo más remedio que ponerse en contacto con las autoridades. Les dijo que Annette no había regresado de su paseo diario con los perros y que todos habían desaparecido. Marcel estaba devastado.
El equipo de búsqueda de Coquitlam, la policía montada y el SAR (equipo de rescate) intervinieron. Marcel compartió con ellos los lugares habituales que Annette visitaba con los perros, pero había un límite en la información que podía proporcionar. El área del bosque era enorme y nadie sabía por dónde empezar.
Una aventura en las Montañas Rocosas
Esta historia nos retrotrae a los calurosos días de verano de agosto de 2017. Austin y su padrastro caminaban por el parque nacional, sin embargo, esta no era una de sus caminatas usuales. No solo había árboles verdes y flores silvestres decorando el camino.
Era la época del año en la que la tierra ya no estaba húmeda a causa de los días de invierno. El sol brillaba y el ginseng silvestre se encontraba por todas partes.
Aficionados al senderismo
Austin y su padrastro no eran excursionistas aficionados y esta no era la primera vez que se embarcaban en una aventura de montaña. Disfrutaban del senderismo y lo hacían siempre que podían. Conocían el bosque como la palma de su mano.
La naturaleza salvaje de las Montañas Humeantes les daba a ambos una descarga de adrenalina. Esperaban pasar un rato agradable juntos en la naturaleza. No hay nada como formar un vínculo entre dos humanos.
Ginseng
Ambos sabían que era la época del año en la que podían encontrar mucho ginseng y esa fue una de las razones por las que decidieron emprender una aventura salvaje, que les permitiera regresar a casa con historias increíbles.
Esta planta mágica tiene numerosos beneficios para la salud, por lo que reunir algunos de ellos suena genial. Poco sabían que la historia que eventualmente contarían ni siquiera había comenzado. El parque nacional de las Grandes Montañas Humeantes los estaba llamando.
No era una barra libre
El ginseng se hizo muy popular entre los excursionistas. Puede usarse en medicinas y bebidas. Sin embargo, servirse uno mismo todo lo que uno quiera es ilegal. No podían elegir una planta y convertirla en un negocio, si bien la tentación era demasiado fuerte.
En algunos lugares, una libra de ginseng silvestre natural puede alcanzar los $600 y este era dinero que a Austin definitivamente le hubiera venido bien ¿a quién no? Pronto, este ginseng iba a ser una parte muy importante de este capítulo salvaje de su vida.
Una caída
Caminaron por la zona, disfrutaron del paisaje y luego el padrastro de Austin se resbaló. Muchas de las rocas aún estaban húmedas por el rocío de la mañana, perdió el equilibrio y se encontró en el suelo. Una caída puede terminar de cualquier manera: puedes terminar ensuciándote los pantalones o con un hueso roto. Por suerte, no se rompió nada.
Hubert, el padrastro de Austin, tenía puestos un par de anteojos, pero después de caerse, se salieron de su rostro y no podía verlos por ninguna parte. De repente se dio cuenta de que los había perdido.
Todo estaba borroso
Hubert decidió volver sobre sus pasos. Tenía que encontrarlos. Todo estaba borroso sin sus lentes. Austin se quedó quieto y buscó las gafas a su alrededor. Sin ellos, no podrían continuar su viaje de senderismo.
Los anteojos cayeron al agua de un arroyo cercano. Ambos conocían el bosque y comprendían el hecho de que no había manera de completar el viaje sin la ayuda visual de Hubert. Dar un paseo por la naturaleza salvaje es desafío suficiente incluso para alguien con una visión 20/20.
Yendo en su búsqueda
Alguien tenía que ir a recuperar esos anteojos y ese alguien era Austin. Sin miedo y sin pensar en lo que sucedería a continuación, saltó al agua fría y le aseguró a su padrastro que pronto regresaría y que ambos podrían completar lo que habían comenzado.
Hubert no sabía cuánto tiempo le llevaría y Austin tampoco lo sabía. No sabían que pronto, su viaje de senderismo tomaría un giro inesperado.
Se unió a su hijo en la búsqueda
Hubert se dio cuenta de que a Austin le estaba costando recuperar las gafas. Decidió intentarlo también y se unió a su hijastro en el agua fría. Hubert estaba prácticamente ciego. No podía ver nada.
No podía ver a dónde iba su hijastro y comenzaron a alejarse el uno del otro. Inicialmente pensó que ambos estaban buscando del mismo lado, sin embargo, luego se dio cuenta de que iban en la dirección equivocada. Esto pronto se convertiría en el mayor arrepentimiento de Hurbert.
El principio del fin
La distancia entre los dos se hizo más y más grande hasta que, finalmente, Hubert no pudo encontrar a su hijastro. Austin no estaba por ningún lado. Hubert se encontró solo en el gran bosque, con la ropa y los zapatos mojados, sin anteojos y sin idea de dónde estaba Austin.
Era como si Austin hubiera desaparecido. En un momento estaba a su lado, tratando de desenterrar sus anteojos, y al momento siguiente ya no estaba.
¿Quién lo hubiera pensado?
Hubert llamó a Austin, pero este no estaba por ninguna parte. Gritó su nombre una y otra vez, pero no escuchó nada. Al principio, Hubert no estaba preocupado y no imaginó que podría pasarle nada malo, pero todo esto estaba a punto de cambiar.
No sabía que lo que comenzó como una desaparición de pocas horas pronto se convertiría en días, días que se volverían devastadores para la familia Bohanan.
Dos días después
A la familia le tomó más de dos días reportar la desaparición de Austin. Estaban muy seguros de que Austin simplemente se había alejado y les tomó un tiempo comprender que se trataba de un adolescente solo en medio de las Montañas Humeantes.
No estamos aquí para juzgar a ningún padre, pero dos días es mucho tiempo y puede ser crucial, especialmente si alguien está herido y lastimado. ¿Qué hay del agua? ¿Qué hay de la comida? ¿Qué estaban pensando?
Búsqueda profesional
A Steve Kloster, quien era el jefe de guardabosques del parque nacional en las Grandes Montañas Humeantes, se le pidió que tomara la misión en sus manos y encontrara a Austin. Llamó a más de 100 personas para ayudar con la búsqueda. Cuantas más personas tuviera en su equipo, mejores serían sus posibilidades de éxito.
No había tiempo que perder y, en lo que al guardabosque respectaba, Austin estaba en peligro. Kloster no sabía que el punto de inflexión de este incidente lo esperaba a la vuelta de la esquina.
Él conocía el bosque
Nada de esto era nuevo para el jefe. Estaba acostumbrado a que la gente se perdiera en el bosque y era inmune a incidentes de este tipo. Habiendo dicho esto, había algo que no estaba del todo bien en esta historia de desaparición. No era como las demás.
Sabía que tenía que actuar rápido. No podía quitarse de la cabeza la imagen del pobre muchacho, completamente solo y posiblemente herido. Prometió que haría todo lo que estuviera a su alcance para llevarlo de vuelta a casa.
¿Estaba diciendo la verdad?
Para asegurarse de tener toda la información posible, el jefe de guardabosques le preguntó a Hubert una vez más a dónde lo había visto a Austin por última vez. Le pidió a Hubert que le dijera exactamente qué había sucedido y cuáles fueron las últimas palabras de Austin antes de separarse.
El jefe de guardabosques sintió que había algo más y que Hubert no estaba siendo completamente honesto con él. Solo Hubery sabía lo que sucedió allí y solo Hunert tenía las respuestas que el jefe quería.
Las cosas se complican
Los miles de metros cuadrados de bosque y tierra fueron rodeados por tecnología infrarroja moderna. Perros entrenados buscaron en el área cualquier pista que pudieran encontrar, con la esperanza de que algo los llevara al chico desaparecido.
Las unidades caninas de la Agencia de Manejo de Emergencias de Tennessee de repente se encontraron con algo. Con sus agudos sentidos y su entrenamiento especial, lograron rastrear el olor de Austin. Ahora el grupo de búsqueda sabía que no podía estar lejos.
En privado
Kloster le preguntó al padrastro de Austin si podían charlar brevemente en privado. Quería hablar con él a solas y lejos de todas las demás personas.
De esta manera, esperaba sacarle algo de información y finalmente entender lo que le había pasado a Austin. El reloj corría y no había tiempo que perder. Lo que comenzó como una charla tranquila y amena se convirtió muy rápido en una conversación tensa y áspera.
Austin había desaparecido y la verdad también
El jefe estaba perdiendo la paciencia. Todo lo que quería saber era qué le había pasado a Austin, dónde estaba y qué le estaba ocultando su padrastro. Kloster comenzó a imaginar lo peor y la situación se estaba saliendo de control.
Sabía que tenía que mantenerse positivo y tranquilo, que no es lo que podía esperarse de la familia de Austin. Horas después de que comenzara a interrogar a Hubert, Kloster finalmente obtuvo lo que estaba esperando.
Confesión
El padrastro de Austin tuvo que compartir con el jefe de guardabosques la verdadera razón por la que los dos fueron al bosque en primer lugar. Sabía que eso podía meterlo en problemas, pero la vida de Austin estaba en juego. No había nada que justificara la retención de información.
Hurbert explicó que planeaban recoger ginseng, si bien eso no está permitido. Al revelar la verdad, el jefe de guardabosques sabía exactamente dónde se separaron ambos, por lo que ahora podía concentrar la búsqueda en esa área.
Tic tac
Era agosto en las Montañas Humeantes y hacía calor. Buscar en esa área fue una tarea agotadora. Perderse allí no podría haber sido fácil. Casi 100 voluntarios de toda la zona participaron en la búsqueda, esperando que esto terminara. Cada minuto contaba y cada segundo importaba.
La familia Bohanan instaló un punto de aprovisionamiento con snacks y agua fresca. Las condiciones eran duras y querían hacérselo lo más fácil posible a los voluntarios.
Al menos tenían esperanza
Austin no se encontraba por ninguna parte, pero tenían muchas esperanzas y nadie pensaba o insinuaba detener la búsqueda. Tenían una misión: encontrar a Austin sano y salvo.
Kloster, el jefe de guardabosques, dijo: "Es joven. Está en forma. Había abundancia de agua ahí". Todos confiaban en que solo era cuestión de tiempo antes de que encontraran a Austin, sin embargo, nadie sabía realmente cómo iba a terminar este capítulo.
Casi dos semanas y sin señales
Habían pasado once días. Esta había sido una de las búsquedas más largas, si no LA más larga, que se llevó a cabo en las altas Montañas Humeantes, ya fuera de un adulto, un adolescente o un niño. Todos los años hay informes de niños desaparecidos, pero casi siempre terminan en uno o dos días.
Era solo cuestión de tiempo antes de que Kloster tuviera que detener la búsqueda, al menos llamar a los perros. Incluso si encontraban al chico perdido, ¿en qué condición estaría? ¿Cuánto tiempo podía estar alguien sin comer?
No estaba solo
Las montañas eran el hogar de la vida silvestre y muchos animales se habrían convertido en una amenaza para Austin. Si no se había muerto de hambre, probablemente se habría convertido en la cena de algún animal. El tiempo no estaba a favor de nadie.
El verano de 2017 pronto sería uno que muchos no olvidarían. Los últimos restos de esperanza se escapaban de las manos de la familia y sabían que tendrían que tomar grandes decisiones.
Supervivencia
Durante todo este tiempo de búsqueda, y mientras todos estaban terriblemente preocupados, Austin fue activando al máximo su modo supervivencia. Hizo todo lo que recordaba para mantenerse cálido y beber suficiente agua, pero la realidad puede ser mucho más difícil que la práctica.
Se mantuvo fuerte y no entró en pánico. Sabía que si perdía el control, se estresaría, lo cual no sería lo mejor para él y le daría a este episodio de su vida un final muy amargo.
¿Qué más podía pasar?
Cuando Austin se dio cuenta de que su padrastro y él iban en direcciones diferentes, ya estaban demasiado separados. Se encontró en lo profundo del bosque, sin nadie a su alrededor y esta no era su mayor preocupación.
Elegir qué camino tomar era casi imposible para él. ¿Debía girar a la izquierda? ¿O tal vez quedarse quieto? El bosque se veía más o menos igual dondequiera que mirara. ¿Qué camino eventualmente lo llevaría de regreso a su amada familia?
Siempre mantuvo la fe
Aunque era agosto, las noches eran frías. Durante esas amargas y escalofriantes horas oscuras, Austin rezó para tener fuerzas para pasar el día siguiente y el siguiente hasta encontrar lo que había perdido.
Mientras Austin oraba, el equipo de rescate subía y bajaba por el río, tratando de encontrar una pista. Algo. Cualquier cosa. Austin probablemente haya orado mucho, ya que las cosas estaban a punto de torcerse a su favor.
Y entonces apareció
Justo cuando el equipo de búsqueda estaba a punto de buscar y escanear el área por última vez, ocurrió algo inesperado. Todo sucedió en cuestión de momentos, lo que dejó a todos conmocionados y asombrados.
De la nada, Austin salió caminando del bosque cubierto de maleza y sin un rasguño. Estaba completo, a salvo y en una sola pieza. Incluso tenía una sonrisa en su rostro.
Su madre recibió la noticia
La noticia de la aparición de Austin llegó a Brook, su madre, al poco tiempo. Cuando se enteró de que habían encontrado a su hijo, se echó a llorar. Estaba tan abrumada que no podía evitar preguntarse cómo sucedió eso.
¿Cómo se las arregló su hijo adolescente para sobrevivir durante casi quince días en las profundidades de las Montañas Humeantes sin comida ni agua corriente, sin forma de contactar a nadie y con animales salvajes potencialmente dañinos? ¿De qué estaba hecho su hijo?
No solo se había perdido
Resultó que Austin se había perdido, pero fue muy sabio. Una vez que se dio cuenta de que se había adentrado demasiado en el bosque y que había perdido a su padrastro, siendo un campista apasionado, automáticamente se cambió al estado de ánimo de un campista: la supervivencia.
Nada lo asustó y se concentró en mantener la calma y esperar a que lo rescataran. Sabía que era solo cuestión de tiempo antes de que se reuniera con su familia. Y aún así, algo más ocurrió ahí.
Trató de obtener ayuda
Cuando Austin se dio cuenta de que estaba perdido, trató de comunicarse con su madre. Escaló lo más alto que pudo y rezó por tener señal de celular, pero ese no era su día de suerte. Al caer la noche, se quedó donde estaba, con la esperanza de que lo encontraran.
Al día siguiente se encontró con un arroyo de agua dulce. Esto fue un salvavidas, pero nunca en un millón de años pensó que terminaría perdido en el bosque por tanto tiempo.
Manteniendo la calma
"Lo principal era mantener la calma y seguir moviéndome. El instinto de supervivencia afloró en mí", le dijo Austin a ABC News. Entonces, mientras mantenía la calma en medio de la nada, su familia y amigos no dejaban de preocuparse por el pobre chico.
Durante más de once días, Austin no se llevó nada a la boca. Dijo que el hambre lo impactó después de dos días, pero luego desapareció como si nunca hubiera existido.
Un salvador en un bote
Mientras caminaba por el arroyo, Austin vio a un hombre en un bote con lo que parecía ser su hija. Eran los primeros seres humanos que veía en todo ese tiempo.
Austin los llamó y les hizo señas, esperando que lo notaran y así lo hicieron. Ingenuamente, el hombre le preguntó a Austin si él era el chico que todos buscaban. Austin puso una media sonrisa y dijo: "Sí, señor, supongo que sí".
De vuelta a la realidad
El extraño en el barco y su hija devolvieron a Austin a la vida. El hombre reunió a Austin con su padrastro y el equipo de rescate finalmente pudo respirar y tomarse un momento para derramar una lágrima también.
Este fue el final de un episodio muy largo en la vida de Austin y su familia. Lo que comenzó como un inocente día de caminata se convirtió en casi dos semanas de una pesadilla.
Como todo en la vida
Al igual que en tantos otros casos de la vida, te despiertas una mañana con un plan perfecto para el resto del día, sin saber que ya se ha elegido un camino totalmente diferente para ti. Pero nunca sabes realmente qué esperar.
Una noche de fiesta con un chico podría presentarte a tu futuro esposo, una cerveza con un amigo podría acercarte a tu próxima novia y un viaje de senderismo de padre e hijo, bueno, puede terminar once días después de una manera totalmente diferente. Cuando Austin desapareció, estaba completamente solo, se valió por sí mismo, sin amigos ni familiares para compartir la carga de la supervivencia. La historia de Annette es un poco diferente, ya que desapareció acompañada de tres perros. ¿Cuánto tiempo estuvieron perdidos? ¿Los perros ayudaron o entorpecieron su aventura en el bosque? Continúa leyendo para averiguarlo.
Nada podría ser peor que la desaparición de un ser querido. Imagina que tu pareja se desvanece sin dejar ninguna pista y una fuerte tormenta se avecina. Esto es lo que le pasó a Marcel Poitras cuando su amada esposa Annette sacó a los perros a su paseo diario y no regresó.
Lo que comenzó como un día normal terminó como una mala escena de una película de terror. Marcel estaba dispuesto a poner el mundo patas arriba solo para asegurarse de que su esposa regresara a casa sana y salva. Esta es su historia.
Paseadora de perros
Annette Poitras era conocida en toda su comunidad. Tenía cincuenta y tantos años y era conocida por su amor por los perros. Ese amor que tenía por los compañeros de cuatro patas se convirtió en su carrera.
Se convirtió en lo que se conoce como paseadora profesional de perros y los terrenos que rodeaban su casa se convirtieron en su lugar favorito para pasearlos. Eagle Mountain, en Coquitlam, era donde iba todos los días.
Comenzando el día como siempre
Lo que comenzó como una mañana normal de noviembre, inesperadamente se convirtió en tres días de horror. Annette se estaba preparando para llevar a tres perros a su paseo diario, sin saber lo que les esperaba.
No podría haberse preparado para la atrocidad que le esperaba. Se abrigó, reunió a sus compañeros y se dirigió hacia lo desconocido.
Tres compañeros de cuatro patas
Chloe era la perra de Annette y junto a ellos estaba Bubba, un adorable puggle, y Roxy, un boxer. Los tres perros estaban encantados, ya que no había nada que disfrutaran más que dar largos paseos matutinos.
Annette no planeaba dar un paseo muy largo y supuso que estaría de regreso en una hora. Como era un día normal y una salida normal, se despidió de Marcel como de costumbre.
Se había hecho tarde
Unas horas más tarde, Marcel notó que Annette y los perros no habían regresado. Esto no era algo común en Annette. Nunca desaparecería sin previo aviso. Empezó a preocuparse.
Estaba oscureciendo y hacía frío. ¿Dónde podría estar Annette? La estaba esperando hace horas y como no regresaba, sintió que algo andaba mal.
Tormenta en puerta
La previsión meteorológica no estaba de su lado. La tormenta Pineapple Express estaba llamando a su puerta y esto hizo que la situación fuera aún más difícil de manejar. Se esperaba que lloviera muy fuerte.
Las condiciones meteorológicas no eran buenas. Había caído la noche, las temperaturas habían bajado y no había rastro de Annette ni de los perros. ¿Dónde podía estar y por qué no había vuelto a casa?
La búsqueda
Marcel no podía hacer mucho más que ir a los lugares que sabía que Annette solía visitar. Pensó que podría encontrar algunas pistas que resolverían este misterio que repentinamente había caído sobre él.
De repente vio su furgoneta. Por un momento sintió una sensación de alivio, pero al acercarse al vehículo se dio cuenta de que estaba vacío. Annette no estaba por ningún lado.
La ayuda profesional estaba en camino
Marcel no tuvo más remedio que ponerse en contacto con las autoridades. Les dijo que Annette no había regresado de su paseo diario con los perros y que todos habían desaparecido. Marcel estaba devastado.
El equipo de búsqueda de Coquitlam, la policía montada y el SAR (equipo de rescate) intervinieron. Marcel compartió con ellos los lugares habituales que Annette visitaba con los perros, pero había un límite en la información que podía proporcionar. El área del bosque era enorme y nadie sabía por dónde empezar.
En lo profundo del bosque
Los equipos, junto con Marcel, estaban atentos a cualquier pista y a cualquier elemento que pudiera ayudarlos a encontrar a Annette y a los perros. Primero, intentaron encontrar su teléfono celular, pero no tuvieron la suerte que esperaban.
Buscaron ropa y collares para perros, pero no hubo avances. La noche era lo más oscura posible y la esperanza se estaba desvaneciendo.
Las cosas no se veían bien
La tormenta pronosticada se dirigía hacia ellos y el suelo se estaba volviendo fangoso y difícil de manejar. Todavía no había señales de Annette o de los perros. Las cosas no se veían bien y Marcel estaba cada vez más preocupado.
Annette no desaparecería porque sí. No era tan aventurera y siempre se iba y regresaba a horas razonables. ¿Acaso estaba herida y no podía pedir ayuda? Marcel no quería imaginar lo peor pero los malos pensamientos se apoderaron de él.
Centro de comando
El siguiente paso fue establecer un centro de comando. El SAR se hizo responsable de eso. Sabían que tenían que empezar a trabajar rápido. El tiempo no estaba a su favor y sabían que cada hora que pasaba podía ser fatal.
Lo primero que hizo el SAR fue usar su técnica de "barrido de sonido". Esto significaba silbar y hacer ruido, con la esperanza de llamar la atención de Annette o de los perros. Perros de la Real Policía Montada de Canadá se unieron a los equipos de búsqueda, pero todavía no había señales.
Pasó el primer día
La primera noche se desvaneció y los rayos del sol atravesaron la oscuridad. Habían pasado más de 12 horas y aún no había señal ni sonido de Annette. Los perros tampoco fueron encontrados.
El tiempo jugaba un factor importante. Marcel sabía que si no encontraban a Annette en las próximas horas, las posibilidades de encontrarla con vida no serían altas. De hecho, se estaban volviendo peligrosamente bajas.
Segundo día de búsqueda
El sol se negó a salir el segundo día de búsqueda y el suelo todavía estaba muy mojado y mohoso. Todo esto hacía la búsqueda extremadamente difícil. El SAR necesitaba más gente que ayudara, ya que las fuertes lluvias hacían imposible escuchar sus silbidos.
A estas alturas, había más de cien personas buscando en el bosque a Annette y a los perros y era hora de escalar. Los siguientes en incorporarse a las fuerzas fueron los helicópteros.
Minimizando el área de búsqueda
Nadie tenía pensado rendirse. El clima era duro y las áreas en las que operaban eran enormes. Todo lo que necesitaban era algo para reducir el radio de búsqueda. Si se concentraban en espacios más pequeños, aumentarían sus posibilidades de encontrar algo.
Annette y sus tres perros estaban en algún lugar esperando ser rescatados. No podían decepcionarlos. Nadie estaba planeando darse por vencido todavía.
Detección de calor corporal
Los helicópteros estaban observando la tierra desde arriba y el SAR estaba investigando los terrenos. Las fuerzas aéreas utilizaron una cámara termográfica. Este dispositivo puede detectar el calor corporal. Rezaron para que esta fuera su salvación.
Desafortunadamente, la policía en los helicópteros no encontró nada. Había demasiados árboles concentrados en un área tan grande que era casi imposible notar o encontrar algo.
Marcel se estaba poniendo mal
Marcel estaba desconsolado. Empezó a imaginar su vida sin Annette y lo terrible que sería. Habían estado juntos durante más de tres décadas y no permitiría que su vida juntos terminara así.
Ni en sus sueños más locos habría podido imaginar que la mañana anterior habría sido, posiblemente, la última de su amada esposa.
Sin rendirse
Los equipos de rescate no iban a detener las búsquedas sin importar los resultados. No importaba si Annette y los perros estaban vivos o muertos, debían regresar a casa.
Las nubes cubrieron el horizonte, las temperaturas bajaron una vez más y un manto de oscuridad cubrió el cielo. El segundo día llegó a su fin y los equipos de rescate no tuvieron más remedio que posponer las búsquedas para la mañana siguiente. ¿En algún momento encontrarían a Annette?
Una señal de esperanza
Las condiciones climáticas y la situación general no facilitaban que Marcel se aferrara a la esperanza y se mantuviera optimista. Incluso si finalmente encontraban a Annette, ¿en qué condición estaría?
Hacía mucho frío, estaba mojado y estaba oscuro. Todo iba en su contra hasta que finalmente dieron con algo que arrojó algo de luz. Estaban a punto de descubrir algo que los llevaría por el camino correcto hacia Annette y los perros.
Un testigo por sorpresa
Marc Herr era un residente local que solía conducir por el bosque con regularidad. El día que Annette desapareció, estaba en las montañas y se detuvo para fumar un cigarrillo. Vio a Annette con sus perros ese día, pero no pensó en eso en ese momento.
Era una mujer normal con tres perros normales. Nada fuera de lo común. ¡Si tan solo hubiera sabido que su descanso sería la clave para resolver la misteriosa desaparición de Annette!
Noticias de última hora
Todo lo que necesitó fue la transmisión de noticias de la noche para darse cuenta de que la mujer reportada era, de hecho, la misma mujer que había visto mientras fumaba su cigarrillo.
Herr le dijo al canal CTV: "Lo vi en las noticias y pensé, oh Dios mío, la había visto a ella y a los perros". Había una mujer en problemas y él era la única persona que la había visto esa misma mañana.
Las cosas comienzan a mejorar
El hecho de que Herr pudiera decir exactamente dónde había visto a Annette redujo el área de búsqueda para el equipo de rescate. No había necesidad de esparcirse por todas partes. Se concentraron en el área específica que sabían que ella había estado antes.
Las condiciones aún eran malas, pero este fue un gran paso para encontrar a Annette y a sus perros. Afortunadamente, la declaración de Marc no fue lo único que ayudó al equipo de rescate ese día.
El celular de Annette
Marcel, el esposo de Annette, recordó a su esposa saliendo de la casa con su teléfono celular. Lo tenía todo el tiempo encima y esa mañana no fue la excepción.
La Real Policía Montada pudo rastrear la actividad de su teléfono celular, lo que estrechó aún más el área de búsqueda. El área a cubrir aún era enorme, pero había esperanza. Y eso era lo que necesitaban.
Tres días después
Ya habían pasado tres días y aún no había ni rastro de Annette o de los perros. Se reclutó un helicóptero adicional y más perros del SAR se unieron a las búsquedas. Había más de 300 personas involucradas en la búsqueda, haciendo todo lo posible para encontrar a Annette, sin importar en qué estado y condición.
El cuarto día fue decisivo. Había más de 100 personas activas en el bosque ese día. Durante uno de los barridos de sonido, por alguna razón, decidieron expandir el área en la que estaban trabajando y de repente escucharon una respuesta.
Una señal de vida
Se escucharon fuertes ladridos a la distancia y se notaron gritos aulladores. De repente, el entusiasmo se manifestó y la energía de Marcel y el equipo de búsqueda se disparó. Finalmente, después de casi cuatro días, Annette y los tres perros que estaba paseando fueron encontrados.
Había una cosa que no dejaba sus mentes en paz: la condición de Annette. ¿Cómo sobrevivió tanto tiempo en el bosque bajo esas severas condiciones climáticas sin comida ni agua? Nada podría haberlos preparado para lo que estaban a punto de descubrir.
¿Cómo pasó todo esto?
Annette estaba viva, pero no podía moverse. Aparentemente, ese lunes cuando sacó a pasear a los perros, la tierra estaba mojada y lodosa y se cayó. La caída fue tan fuerte que quedó inconsciente.
¿Te imaginas estar solo con tres perros en el bosque frío y húmedo, sin poder levantarte ni pedir ayuda? Cuando Annette se despertó, no tenía idea de cuánto tiempo había estado desmayada.
Malas condiciones
No pudo encontrar su teléfono celular ni los guantes para mantener sus manos calientes. Era de día. Se dio cuenta de que había dormido toda la noche. Estaba en problemas y apenas podía moverse.
Lo primero que pensó fue en los perros. Tenía que asegurarse de que los tres estuvieran con ella y que nadie se hubiera extraviado. Fue entonces cuando vio que faltaba un perro.
Buscando a su perro
No tenía idea de qué hora era y no tenía idea de si Marcel la estaba buscando. Una cosa que sí sabía era que no iría a ninguna parte sin los tres perros. Estaba más preocupada por el bienestar de los perros que por el suyo propio.
De alguna manera logró arrastrarse por el bosque y se sintió aliviada cuando encontró a su compañero de cuatro patas. Ahora estaba seriamente atrapada en lo profundo del lodo y no había forma de que pudiera seguir moviéndose.
Hambrienta y completamente sola
No pensaba estar fuera tantas horas y no tenía agua ni comida encima. Tampoco tenía energía. Annette no era la única que sufría, los perros también estaban bajo estrés.
La única forma en que los cuatro podrían sobrevivir era cuidándose los unos a los otros. Físicamente, tenían que mantenerse cálidos el uno al otro, pero lo más importante era que tenían que mantenerse fuertes mentalmente. Sí, los perros mantuvieron cuerda a Annette.
Intentaron llegar a ella
Mientras Annette estaba en el suelo, agonizando e incapaz de moverse, ¿vio los helicópteros que la estaban buscando? ¿Escuchó los silbidos y el llamado de su nombre?
Aparentemente sí. Una noche (Annette no está segura de cuál), vio un helicóptero en el cielo. Agitó su chaqueta y gritó lo más fuerte que pudo con la esperanza de llamar la atención de alguien, pero nadie la vio ni la escuchó.
Escuchando su nombre
El tercer día Annette comenzó a tener esperanza y un pensamiento optimista cuando escuchó que la gente la llamaba. Fue entonces cuando Roxy, uno de los perros, comenzó a ladrar.
Los ladridos de Roxy fueron lo que inicialmente llamó la atención de la búsqueda y allanó el camino para el rescate de Annette. Justo cuando Annette sentía que no podía aguantar mucho más y justo cuando su fuerza y vitalidad se estaban agotando, la encontraron.
Finalmente encontrada
Annette fue encontrada en una cuenca pantanosa. Esta área está fuera del alcance de los excursionistas y paseadores de perros, razón por la cual los equipos de búsqueda nunca buscaron allí en primer lugar. No podían creer lo que estaban viendo.
Annette y los perros estaban todos acurrucados en un hoyo excavado profundamente en el suelo. Aparentemente, uno de los perros le enseñó a ella (y a nosotros) una lección de vida: qué hacer si te encuentras solo y perdido en la oscuridad del bosque frío.
Hábitat salvaje
Annette le dijo a Global News; "Me di cuenta de que uno de los perros estaba cavando un hoyo para dormir. La maleza es muy esponjosa, absorbe mucha agua. Así que comenzó a barrerla para meterse en la tierra y se hizo un hueco para dormir".
Así es como Annette logró mantenerse con vida. No había forma de que pudiera haber sobrevivido al clima extremadamente frío y a las peligrosas condiciones que la rodeaban de otra manera.
Afortunadamente tenía un abrigo
Durante más de tres días, Annette y los tres perros hicieron todo lo posible para cuidarse los unos a los otros. En un momento, Annette compartió su abrigo con Roxie, que estaba temblando e inquieta.
Annette no solo cuidó de los tres perros, sino que ellos también la cuidaron y la trataron como parte de su clan. No se fueron de su alrededor.
Momento del rescate
Había llegado el momento de que el equipo de rescate tomara el control y sacara a todos del bosque frío, salvaje y oscuro y los llevara de vuelta a un lugar seguro. Annette estaba sufriendo algunas lesiones, pero no fueron tan graves como esperaban.
Las tareas aún no habían terminado, ya que tenían que esperar a que llegaran los helicópteros para sacar a Annette y a los perros. Esa era la única manera posible de hacerlo. La pesadilla de Annette estaba a punto de terminar y pronto se reuniría con su amado esposo, Marcel.
Documentando el momento
Equipos de medios, reporteros y camarógrafos comenzaron a juntarse y prepararse para documentar el rescate que se estaba llevando a cabo. Todos a su alrededor estaban abrumados y apenas podían contener sus emociones.
Gerry y Andre, los hermanos de Marcel no se lo podían perder por nada del mundo. Ellos también estaban allí, apoyando a su hermano. Fueron tres días aterradores que finalmente llegaban a su fin y de manera feliz.
Ya casi había terminado
Aunque los fuertes vientos no paraban y la lluvia caía con toda su fuerza, Annette estaba a salvo 20 minutos después. "¿Qué hay de los perros?", preguntó Annette. No iba a dejarlos allí.
Annette estaba muy preocupada por sus tres acompañantes y, en ese momento, realmente no le importaba llegar al hospital. Los chequeos personales no eran motivo de preocupación. Pero nadie planeó descuidar a los perros. Dos helicópteros estaban allí, rescatándolos.
Todos estaban fuera de peligro
Todo era demasiado bueno para ser verdad. Fue un milagro, ya que tres días en condiciones severas generalmente terminan de manera diferente. Todos salieron de este caos solo con heridas leves y apenas necesitaron tratamiento. Los perros se reunieron con sus dueños y Annette con su familia.
Tina Presley, una de las dueñas de los perros, le dijo a un medio de comunicación: "Annette es muy buena con los perros. Ves el amor en sus ojos". Annette fue abrazada con amor y calidez tanto por humanos como por caninos.
Casi termina de otra manera
Durante esos tres días, hubo momentos en los que Marcel no estaba seguro de cómo terminaría todo. Sabía que su esposa era fuerte y capaz de sobrevivir, pero le resultaba difícil ignorar el ruido en su cabeza.
Sin las oraciones de Marcel y, por supuesto, los 300 trabajadores de rescate que pasaron horas y horas buscando a Annette y a los perros, este milagro podría no haber sucedido. Annette no perdió tiempo y lo primero que hizo fue agradecerles por su dedicación y arduo trabajo.
Contando la historia
Junto con Anne Bruinn, una autora muy conocida, Annette y Marcel escribieron una larga narración de los hechos. La llamaron "Tres noches de perros: la búsqueda y el rescate de Annette Poitras".
La historia llegó a los titulares y se volvió viral. Annette se convirtió en una especie de celebridad en su comunidad y la gente se refiere a ella como “la paseadora de perros”. Esperaba que la gente aprendiera una lección a través de su experiencia y se preparara mejor para caminar por la naturaleza salvaje. La vida puede cambiar en un instante y nunca sabes realmente lo que te espera a la vuelta de la esquina.
Heridas internas
Annette tuvo la suerte de terminar este episodio con solo algunas heridas en su cuerpo. Algunos rasguños, un tobillo torcido y un muslo magullado. Habiendo dicho eso, hay heridas mucho más profundas que no han sanado hasta hoy.
El trauma de Annette no terminó después de que fuera rescatada. Todavía sufre pesadillas y, a veces, le resulta difícil conciliar el sueño por la noche. Estas son lesiones y daños que probablemente tardarán más en sanar. Esperamos que no persistan durante toda su vida.